martes, 3 de septiembre de 2013

ANTIEVANGELIOS ( Manolo Mujica)

Estos textos de Manolo Mujica titulados “ANTIEVANGELIOS”  cayeron en mis manos en el 2009, días antes de que se hiciera la presentación del mismo libro,  antes que el autor tuviera la obra impresa entre sus manos. Lo metí en mi  maleta y lo traje como un libro más, como la mayoría de los libros que al final no sirven si no para rellenar el vacío de nuestra casa, olvidándose del otro y más importante vacío; el hombre. Cuando lo leí por primera vez, sentí que lo maldito o visceral del texto no estaba ahí por esa especie de rebeldía juvenil que se da últimamente para llamar la atención. Pude sentir el aliento de un desdichado, de un vagabundo asesinando las palabras a diario con una granada para teñir “el cielo de ideas”.  Un hombre en busca de la que se fue, sin la esperanza de encontrarla, sin esperanza, cómo buen poeta pesimista. He leído el libro varías veces, lo he prestado a algunas personas con criterio y todas han estado liviana o potentemente encantadas con esta visión de un hombre que detesta a los hombres felices, y cómo no, si la felicidad es algo que camina siempre de lado opuesto al poeta y entonces se llega a la pesada conclusión de dejar que todo se pudra y así poder pintar el paisaje de nuestra caída, cómo huella profunda para que  no se olvide la realidad de la que escapamos día a día, con la herramienta de nuestra ceguéz. Aquí una muestra de esta fruta prohibida, yo les aconsejo que no la muerdan, pero la tentación, la jodida tentación…

GÉNESIS

Nací triste. Con la nostalgia colgando de los
Ojos.
El médico informó a mi madre que traía un
Poema bajo el brazo, y ella decidió antes que
Criar a un poeta, darse un tiro.
Mi padre era un hombre que buscaba su futuro
En los charcos de las lluvias salvajes; se ahogó
En uno de ellos cuando cumplí 7 años.
Recientemente asesiné a mi hermano, le hartó
La vida, estaba cansado, me pidió de favor que
Acribillara su amargura antes de quedar demente
Como los abuelos; lo apuñalé en el pecho y la
Garganta.
Solo queda la mujer que amo, la que existe,
Y ahora, se ha ido.
Me dejó borracho, tirado en la cama: no quise
Levantarme, ningún mesías logró el milagro.
Me adherí a las sábanas como las heridas lo
Hacen a la gasa.
 Cerré los ojos, crecieron costras en mis párpados,
Llagas en mi sexo.
Mi cuerpo se hizo enjuto, deforme como los
Tubos de óleo que el pintor tira cuando el color
Se apaga.
En esta agonía escuché mi nombre emergiendo
De los labios de la que existe.
Así fue como me incorporé a pesar de las mareas
Cruentas en que me dejó.
Iré a buscarla. Quizá no vuelva. Escribiré mi viaje.


EL POETA ABANDONADO EN LA NADA

Qué hago,
So sólo sé
la filosofía de la pérdida?
Cómo me corrijo lo taciturno?
Como debo actuar
Si “la cortesana concebirá
Y dará a la luz un poeta
Y le pondrá por nombre Nihilmurti,
Que significa: Aspecto de nada”.

Para dónde moverse?
Dónde quedarse quieto?

La desesperación me abraza
Cómo si fuera un moribundo,
Y si lo soy,
Qué debo escribirte?

Quizá:
Tu abuela apareció en mis sueños
Y me consoló con su voz,
Ella desea que esté contigo
Y vino a contármelo,
No quise decirle nada,
Hacer promesas a las epifanías
Es llevar culebras en el cuello
Y en este momento
Hasta el apellido me pesa.

Y ahora qué?
Soportar el dolor provocado por el respiro,
Dejar mi currículum en algún cadáver
Antes que la nostalgia
Encuentre otro para cubrir la vacante,
Y comer arándanos o higos,
Y esperar mientras tu abuela te exhorta
A que regreses a los cables de mi cuerpo
Por donde fluye energía líquida,
O a que saltemos juntos,
Sin escalas,
Al abismo.

LA VERDAD DE UN DERVICHE
(Sobre un poema de Rumi)

Vagaba en los vestigios de un cerebro
Cuando cierto indigente
Que danzaba en círculos
Se acercó a mi beodés,
Me entregó un papiro
Con lo que parecían
Ideogramas y líneas.
He aquí mi traducción

“Algún día no bebas. Lo que más se oculta
Te embriagará entonces. Una luna ulterior
Llenará tus ojos y verás el infierno. Esa luna
Te arrancará la cabeza. Sé duro, de cualquier
Forma morirás.
Aquello donde la sangre galopa, marchita.
Quienes sueñan viven con miedo. Una noche el Cristo soñó timorato
Y acabó crucificado.
Luego sollozó tres días
Y fue resucitado por cobarde.
La mujer de Lot vio sus ilusiones vueltas sal.
La vida es para morir. La muerte para aprender.
Algunas personas viven alegres, los poetas no;
Se sientan en el umbral y escriben
O sodomizan a Eva quien explicó a Adán:
“Yo soy l manzana,
Cada noche debes morderme si deseas aprender
El hambre.
El poeta no puede dormir cuando siente bienestar,
Necesita la embriaguez. Quizá nunca termine su sed,
Quizá nunca tema ni sueñe,
Pero sus pesadillas sonarán como el río.
Las pesadillas se comen el corazón.
Todos los demonios oyen mi pensamiento.
Embriágome de mí.
En este instante el mundo arde inexorable.

Acuchillé al bastardo que escribió esto

Como si se tratase de un amor perdido.