Últimamente me he dado a la tarea de ser más formal. Al levantarme, pongo mi pie derecho sobre el suelo, luego el izquierdo y así comienzo derecho, luego me lavo cada uno de mis dientes, cada uno por sus lados, por sus perfiles, desde los pies a la cabeza, los lavo y los dejo blancos, después me lavo la cara, porque últimamente he adoptado la costumbre del gato.
Luego me baño completamente, me lavo los ojos de los pies y los pies de la cabeza, hasta que me puedo reflejar en mi mismo, se que estoy limpio y comienzo a cambiarme.
Desayuno honradamente, doy gracias por los alimentos, por las cucharas, por los cuchillos, por la mesa y luego me como todo, parte por parte, sin dejar ni una silaba en el plato.
Salgo de mi hogar, y pienso en lo de siempre, ¿que me deparara el día? ¿que me deparara la noche? y así voy preguntando, hasta que paso por una librería, compro los tres libros diarios, pues últimamente tengo de costumbre digerir mientras leo un libro completo, hasta que llego a la ultima pagina, se que es la hora del almuerzo, pero no reparo en eso, porque últimamente no me da hambre, pues como dos veces por la mañana, como para mi carne y como para mi carne invisible, camino por mi ciudad leyendo, alimentándome, dándole tantos sabores a mi mente, y le digo ¿quien es tan bueno como para darle a su mente a degustar tantos sabores, tantas cosas exquisitas?.
Obviamente me respondo solo, no le permite que hable cuando esta comiendo, eso se llama mala educción, le repito constantemente. Luego, entre tanto andar de arriba para bajo y de izquierda a derecha me voy para el centro, ahí comienzo la tercera lectura, quiero que mi mente sea una niña hermosa, rellenita, como esos ángeles de Miguel Ángel, por eso es que la alimento bien y que no me vengan con que la obesidad es mala y que si sigue con esa dieta morirá de un paro cardiaco, ¿es que no comprenden que mi mente no tiene corazón, que no le doy grasas, ni carbohidratos y que no tiene espejos matutinos en donde pueda mirar su silueta? Últimamente, les contare que antes de acostarme me duele mucho la cabeza, siento patadas, puñetazos, mordidas, que no me dejan dormir tranquilo, a veces escucho que con una sierra me quieren abrir el cráneo, pero a lo mejor sueño que eso sucede y todo es tan real, pero no se, ya no distingo bien las cosas, últimamente no me gusta comparar la realidad con lo onírico, porque últimamente, no se... me parece que estoy dormido.
