lunes, 9 de marzo de 2009

Fragmento del capitulo 13 de "Preguntale al polvo"


Sin duda alguna, este libro sera uno de los mejores libros que leeré este año. Y como Charles en el pequeño y simple prologo que le hace, pienso que este hombre, que se dejo guiar por su simples gana de escribir con la mayor naturalidad posible, sin dejar de lado la belleza literaria de alguna de sus frases, hará que mi memoria siempre le recuerdo hasta convertirme en polvo.


"El mundo era polvo y en polvo se convertiría. Comencé a ir a misa todas las mañanas. Iba a confesarme. Tomaba la comunión. Elegí una pequeña iglesia de madera, baja y firme, situada cerca del barrio Méxicano. Allí rezaba. Un Bandini totalmente distinto. ¡Ay, vida! ¡Tragedia agridulce, puta deslumbrante que me has llevado a la destrucción! Suprimí el tabaco durante unos días. Me compré otro rosario. Depositaba monedas en el cepillo de las limosnas. El mundo me daba lástima.

Mi querida madre allá en colorado. Oh, personaje amadísimo, la mismísima virgen María. No me quedaban más que diez dólares, pero le mandé cinco, la primera vez que mandaba dinero a casa. Reza por mí, madre querida. La vigilia de tus rosarios es lo único que me tiene la sangre en movimiento. Vivimos días sombríos, madre. El mundo está lleno de horror. Pero he cambiado, la vida ha comenzado de nuevo para mí. Muchas horas paso glorificándote ante el señor. ¡Ay, madre, ojalá estuvieras conmigo en medio de tantas tristuras! Pero tengo que terminar enseguida esta epístola, madre querida, queridísima madre, porque asisto a una novena y todas las tardes, a las cinco, tengo que postrarme ante la imagen e nuestro bendito salvador para rezar dulce misericordia. ¡Adiós, madre, adiós! Recuérdame en tus oraciones. Intercede por mí ante aquel que todo lo da y resplandece en los cielos.
A la calle, pues, para echar la carta Demi madre, para echarla en el buzón y correr Oliver Street, donde no había casas de ladrillo, cruzar a continuación un descampado, acceder a otra calle sin casa, a una calle señalizada sólo con una valla baja y, una manzana más allá, a un sector urbano donde los edificios gigantescos ascendían hacia la bóveda celeste; porque no había forma de eludir la manzana en cuestión salvo que se cruzara la calle desde los mismos edificios gigantescos, muy deprisa, corriendo en ocasiones. Y al final de la calle se alzaba la pequeña iglesia, donde rezaba y practicaba la novena.

Una hora después salía a la calle, recuperado, en paz, lleno de estimulo. Seguía el mismo camino para volver a casa, pasaba corriendo ante los edificios gigantescos, avanzaba a lo largo de la valla, cruzaba el descampado y advertía las hechuras del señor en una hilera de palmeras próxima al callejón. Y así hasta Oliver Street, después de las parduscas casas de madera. ¿De que le sirve al hombre conquistar al mundo si pierde su alma? Y acto seguido aquel poemita que dice: Suma todos los placeres posibles y multiplícalos por la eternidad: un minuto en el paraíso vale más que todos ellos. ¡Cuan cierto era! ¡Cuan cierto! Gracias luz celestial, por enseñarme el camino...

"Un golpe en la ventana. Alguien llama a la ventana de aquella mansión ensombrecida por la densa enredadera. Me volví, localice la ventana, vi una cabeza; los dientes relampagueantes, el pelo negro, la mirada maliciosa, los largos dedos gesticulantes. ¡Qué tempestad se me había desatado en el estómago? ¡Y cómo evitar aquella parálisis del pensamiento, aquella riada de sangre que me aturdía los sentidos? ¡Pero es esto lo que quiero! ¡Me moriría si no lo tuviera! Hacia ti voy pues, mujer de la ventana; me has hechizado, mátame de placer, de espasmos, de alegría, aquí me tienes, sube esos peldaños desvencijados.

¡De qué sirve, pues, arrepentirse? ¿Para qué preocuparse por el bien? ¿Y si a fin de cuantas muero en un terremoto? ¿Para que diablo preocuparse entonces? Me fui pues al centro, ya me tienes junto a los edificios elevados, que venga el terremoto, que me entierre junto con mis pecados, ¿A quién coño le preocupa? Es exactamente lo mismo para Dios y para el hombre, se ha de morir de una forma o de otra. En un terremoto o en un pativulo, no importa por qué ni cuándo ni cómo".

4 comentarios:

Suny dijo...

Yo quiero leer ese libro! :(

Ludwing Varela dijo...

Ya lo devolvi, pero lo voy a clonar y ahí te lo presto. No te preocupes querida sunny a lo mejor en loquera te lo regalo.

Uva 1 dijo...

Pdf, pdf. Así lo leí yo y "Espera a la primera, Bandini" también.

Ludwing Varela dijo...

Ese lo leere despues, estoy en espera de que me lo presten. Y si no me lo prestan no me quedara otra que Pdf.