miércoles, 7 de abril de 2010
Me iré nunca (viaje hacia una pesadilla)
Hay maneras de darle a entender a la humanidad soñadora que los sueños son solo un artificio de nuestra mente, para empujarnos a dar el mal paso en el camino quebrado de nuestra vida.
Trigueros, (a su manera) le dice al hombre que busca sus sueños, que antes de emprenderlos, palpe en lo mas íntimo de su ser, para ver si el viaje hacía ellos, no será el peor que emprenda en su existencia.
Ulises, personaje principal del cuento, quiere viajar hacía donde la brújula indica la altitud, ignorando que cuando estamos arriba, la caída puede venir rápida y fatal. Pero luego la pesadilla de un viaje le hace ver en escenas humanamente dantescas su futuro, y ve en él, que no es el mismo futuro que el del Ulises que nos hablaba Homero, aquel que su Penélope podría esperarlo como una roca inviolable. Aquí, las cosas son distintas, su mujer se desespera y en busca de no perder las delicias de su última juventud se lanza a la derrota dejando todo abandonado. Sus pequeñas, sufren la distancia y a falta de la figura paternal, una de ellas busca otra figura parecida a ésta, aunque lo que recibe de ésta, no tienen nada de paterno. Así, la pesadilla de Ulises hace que al despertar, decida que se ira nunca. Porque es de sabios, creer más en nuestras pesadillas que creer en los sueños que solo sirven para empujarnos a dar el paso en el camino quebrado de nuestra vida.
27.03.10
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