miércoles, 27 de abril de 2011
Una ovejita, dos ovejitas, tres ovejitas...
Hay quienes como estúpidas ovejas envidiosas tratan de hacer cualquier tipo de cosas banales para llamar la atención como lo hace la oveja negra. Hay algunas que hasta se atreven a pelear con el lobo, pero terminan muertas y no solo eso, también terminan ridiculizadas. Hay en la carrera de letras una persona que encaja perfectamente en el papel de la oveja que he mencionado, y sin duda alguna para calmar los nerviosos nervios de ese individuo, debe saber que no morirá, que lo del lobo es solo una metáfora (porque ni eso a de entender) pero eso si, sin duda alguna, terminara ridiculizado como la ridícula oveja. Bueno, para seguir, podríamos hablar del individuo con otro nombre, porque lo importante es que nadie se de cuenta de quien hablo, y entonces lo llamaremos "narrador hondureño". Este narrador hondureño, quien se hace llamar "presidente de la carrera de letras" -(¿o lo es? para mi no, para la mayoría de la carrera tampoco) a tratado de ablandar el duro camino por el que se ha guiado, lo digo porque es la mayoría de alumnos de la facultad de letras, los que se burlan y hablan de la lastima que produce el "narrador hondureño" Y yo me apunto a esas filas, y la mayoría de mis amigos de este blog y la mayoría de compañeros de clase, y la mayoría de personas que entran en esa facultad nos reímos de las historias y de las aventuras del pobre desventurado. Por eso, no me enoja cuando alguien así, con una vida tan insípida y llena de burlas y de solamente llena de auto-elogios, trate de callar mi voz y mi palabra sacándome del blog de mi carrera. Yo no necesito el blog de mi facultad para ser escuchado. Vos necesitas todos los micrófonos del mundo, todas las revistas, todos los libros, todos los oídos, todos los arrastres e hipocresías, y yo , oveja negra de este rebaño, solamente necesito hablar.
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