Valga este
despropósito existencialista para entrar en la materia, no por extraña menos conocida, de
este libro de Ludwing Varela, “Premonición del extinguido”, una especie de encantamiento
verbal por lo luctuoso y lo sórdido que
nos deparan la vida y la muerte, así estrábicamente vistas juntas, complementariamente cómplices.
Llama la atención el desparpajo inocente e irredento
por igual, con que este joven poeta “juega” a su “estar” en este mundo, vivo y
muerto lo mismo da. Lo importante es su declaratoria vivencial, casi profética,
ese afán hedonista por lucir sus mejores galas “del primer caído”.
“Necesito morir de a ratos”, confiesa el poeta. Si
uno no conociera a Ludwing -un joven poeta con una larga vida y obra por
delante- podría caer en la trampa y creer que nos habla un personaje de la
estirpe de Job, curtido de culpas y arrepentimientos. “Nunca ha sido fácil
morirse uno”, murmura por ahí, entre versos más bien flamantemente vívidos y
frescos. Pero más de alguno caerá en la trampa, y quien caiga encontrará allá
en el fondo, entre el trasfondo de la vida, al propio Ludwing… muerto de risa".
Rigoberto Paredes
"Premonición
del Extinguido, es el vuelo al ritmo de un parpadeo, sujeto a la velocidad de
un segundo, donde las señales están dibujadas sobre un cuerpo de paredes
transparentes, añorando llenar los vacíos de los lugares concebidos, palabras
que se recogen con olor a despedida de quien se sabe el que desaparece, porque
este lugar degolla nuestras imágenes para no saber donde terminan los días. Una
despedida que vendrá en una mañana, despertada por una canción ¿Quién sabe si
es triste o alegre? nos invadirá una sensación a nuestro cuerpo, importa el
ritmo, la transición a desengañarnos, porque las palabras abundan y es
necesario encontrar donde colgar las últimas, antes de que el tiempo nos deje
caer con su peso."
Pedro Chavajay G
"...poesía buena, conciente, de alto contenido estético, una poesía que se escucha lírica en su forma pero que en el fondo esconde una navaja posmoderna con ciertos óxidos para los gustos refinados del canon".
"...poesía buena, conciente, de alto contenido estético, una poesía que se escucha lírica en su forma pero que en el fondo esconde una navaja posmoderna con ciertos óxidos para los gustos refinados del canon".
Fabricio Estrada
Moriremos de dolor una mañana alegre
Moriremos de dolor una mañana alegre
La sangre será libre de la cárcel de
esta carne
Y nacerá un río rojo
Un río donde los peces se
multiplicarán en el comunismo de mis venas.
Moriremos plácidamente
En la hora que el beso que se estampa
en la palabra
Deje de ser indició de una amarga
despedida
De un adiós definitivo con tintes de
esperanza.
Moriremos de dolor
Y los pájaros cantarán
Pensando en los gusanos que se
alimentaran de nosotros.
Moriremos una o mil veces
De eso no hay duda
En una fría mañana alegre
Como la que aun no he tenido
Y que se dibuja en el precipicio de
mi mano.
Espejos opacos
Todos
los espejos están opacos
Y
mi imagen engañosa
Nunca
había sido tan acertada.
Todos
mis espejos están opacos
Y
puedo ver en ellos
Mi
futuro de rama rota
Mi
amanecer de soles negros.
Hay
días como este
Que
deberían hacerse añicos
Dejarlos
uno morir
Sin
darles el auxilio necesario.
Todos
mis espejos están opacos
Y
mi imagen engañosa
Nunca
había sido tan acertada.
Peregrinación
Vení,
Lamentémonos
pues caen las horas
Y
los ojos del mundo
Son
ciegos a nuestros pasos.
-¿Y dónde van los que se han perdido a
plena luz del día?
Dame
la mano
Seguí
mis pasos que se agitan entre los abismos
Seguí
la voz de temblor que me arropa
Y
no cerrés los ojos
Que
caerás en la amargura del paso que viene
Y
no podrás guiarte por el canto del pájaro
Que
se aleja para siempre.
Hay
una luz que parece abrirnos el camino a la locura
Procura
no separarte de ella
Que
es la única agua que nace en el pozo de nuestras manos
-Entonces, ¿dónde vamos con estos pasos que se
quiebran de cansancio?
Vamos
al fin último del camino
Vamos
a nosotros mismos.
Nunca ha sido fácil
Nunca
ha sido fácil morirse uno
Así
como romper un vaso de cristal
Así
como quebrarle la rama a un pájaro.
-Es sencillo; solo cierra los ojos y ábrelos nunca.
Es sencillo, sí
Como absorber el fracaso en nuestras manos-
Nunca
ha sido fácil
Es
mentira
Uno
lleva el deseo en el pecho
Y
el corazón palpita de burlas hacia uno mismo.
A
veces es mejor tirar las cosas
Y
dejar que el tiempo las selle y las abone
Y
que de ellas nazca un hermoso nido de gusanos.
-Es tan fácil como parpadear.
Cierra los ojos, ábrelos nunca-
Nunca
ha sido fácil morirse uno
Cuando
en realidad estamos muertos.
HOY ME ES DIFÍCIL SER BUENO
Hoy
me es difícil ser bueno
Levantarme
repentinamente
Y
saludar con la mano llena de pasados sangrientos.
Buenos días rosa matutina
¿Por cuál pétalo deseas que comience a torturarte?
Tengo
sed de abismos
Una
insolencia por arrancarme las palabras tersas
Y
una bandeja llena de futuros fracasos.
Hoy
es difícil arrancarme el pasado
Fingir
que las palabras no dictaron mi camino sin polvo
Y
fingir, sí, como lo hacen los que sonríen sin perder la máscara.
Déjenme
tranquilo
que
soy un volcán de nido de pájaros
Y
estoy vomitando mis alturas.
Déjenme
tranquilo, sí,
para
que no tenga que saludarlos con mi mano ensangrentada
Con
mi sonrisa que trata con los muertos.
NO BUSCO
No busco mi nombre para encontrarme
solo el sitio de las trampas
por donde va trazado mi camino.
Veo en las calles mis pasos
abandonados
escucho al polvo la insinuación de
mi futuro más cercano.
Puedo ver con estos ojos de ciego
los soles negros que calientan la
sangre
que derramaré para pintar mis ocasos.
Me es difícil este andar
estas calles no son más que
laberintos
donde perecemos
donde el hilo está cortado
desde el nacimiento de nuestros
gritos.
Y uno queriendo escapar
pero la gravedad está dispuesta
a cortar nuestros sueños de pájaro
a cortar el vuelo que se emprende en
los cielos de la memoria.
Y no queda más que proseguir
y cargar sobre nuestra espalda
al tiempo como a un muerto
que al final nos enterrará
con nuestras propias manos.
Regalo de consuelo
Me
han ofrecido la muerte
Como
se ofrece un colorido ramo de flores
Me
la ofrecieron fresca
Y
llena de vida como rosa matutina.
-Señor ¿tiene usted eternos floreros negros?
Porque hoy me han ofrecido la muerte
Como se ofrece un
ramo de flores
Y no tengo un florero para guardarla.
Me
han ofrecido la muerte como un ramo de flores
Y
solo tengo la tierra de mi cuerpo para abonarla.
Del libro Premonición del Extinguido. Editorial del Gabo. 2014.
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