sábado, 10 de enero de 2009

Las despedidas duelen y duelen y duelen



De hoy no quiero decir nada. Tal vez parezca insensato comenzar las cosas y dejar que se desvanezcan a su edad y su tiempo. Yo mejor corro, no miro las cosas para luego verles la cara y no las miro para no amarrar mi memoria en su nostálgica mirada de olvido, por eso corro y corro. Pueda que eso sea cobardía, entonces soy cobarde. Si soy cobarde entenderé que la gente me mire de menos, y que los valientes quieran dejarme el recuerdo de sus puños en mi cara, pero si se acercan correré de nuevo, no sirvo para detenerme a guardar mas penas. Supongo que esto no dice nada, porque nada menciona y si no menciona nada, es porque las letras quieran correr y no dejar en su rastro las memorias que le hacen recodar dolores, es por eso que mis letras saltan, y aunque aveces tropiezan no se detiene a mirar si las demás les siguen. Es por eso que ya me voy, solo el punto puede detener mi marcha de insensateces, solo el punto puede, pero mis letra aprendieron a saltarlo, ya no puedo controlarlas, así que las dejare que se pierden en el infinito, se que algún día volverán

3 comentarios:

Luis David dijo...

No te entristezcas por lo que pudo ser o porque termino, mas bien alégrate porque paso.

Laire dijo...

Yo diría mas bien que te alegraras por la pérdida de algo, alégrate por la tristeza, por la melancolía de una silla vacía, sé feliz porque la partida es un pretexto en la poesía. Por que la vida es un intento de arte... Me encantó tu vida pues, aunque encuentro un poco confusas las ideas, supongo que las emociones todavía palpitan en tus renglones, recomendaría matarlas un poco antes de escribirlas, es un gusto conocer tu poesía.

Ludwing Varela dijo...

Esto no es poesía Señorita Maligna!