Los poemas que aquí leerán, forman parte de "Los poemas de la piedra en el zapato" Libro que comencé a escribir y terminé hace unos cuantos años atrás y que saldrá a la luz el año próximo La pretensión de este libro es sin duda la de tirar piedras (las piedras que cargo como condenado) en el lago del olvido y así desahogarme de las culpas y pesares que me han acompañado a lo largo de mi vida. Así que sin más, a ustedes lanzo unas cuantas piedras, no con la intención de herirlos, si no más bien de curarme las heridas.
La
primera priedra
Es
sencillo
Tira
la primera piedra y desfigura mi camino.
Ahora
llama al pueblo
Para
que también se crea libre
Para
que con su canto de fracasos
Amortigüe
mi tormento
-Ya que estoy libre de pecado
Seré el
verdadero verdugo
Lánzame
otra piedra
Yo
nací para cargar con su peso
Para
masticarla
Y
del polvo levantar mis ciudades interiores.
Ya
no confías en los hombres muchacha
Porque
te han encerrado en la habitación donde nacen las pesadillas
Pero
esta vez descansa, sí
Hazlo
como los que duermen sin saber que están despiertos
Como
si la luz no fuera la sombra que odia tus parpados.
Tira
la primera piedra
Arranca
la duda de tus manos
Para
que con ella edifiquemos mi ciudad perdida.
Deshojar
al hombre es un acto de amor
Deshojar
flores es hermoso
Ver
como se ahogan sus frágiles miembros en el naufragio de las manos
Sentir
su fragancia marchita
Hediondez
de todos los muertos.
Deshojar
flores es trabajo del destino
Que
marca con su vaivén de designios el corazón de alguna niña indecente
-Me quiere… no me quiere
Pensando
en el amor
Cuando
comete un asesinato colorido y fragante.
Deshojar
al hombre sería un acto de amor
Sin
duda
Porque
sus pétalos ensangrentados están cubiertos de espinas
Su
aroma hediondo después sería un suave perfume a la conciencia
-Me quiere… no me quiere…
Repite
la niña con su sonrisa funesta.
Mas
no sabe que los hombres marchitos
A veces aman más desde el recuerdo.
Saludo al mundo con mi sonrisa
hecha un desastre
Yo
no boto las paredes
No
Las
abro
Saludo a las rejas
Los
barrotes
Las
esposas que me dieron el "sí"
El
día que perdí mi libertad.
Saludo
al mundo con esta sonrisa hecha un desastre
Con
la fuerza de mi brazo roto
Con
mi canto de pájaro desahuciado.
Pero
bailemos esta pieza mujer
Y
olvidemos los tropiezos del futuro
El
ritmo que nos hará caer en la fría fosa.
Pero
no perdás el paso
La
sonrisa
La
lágrima abrazada a tu ojo
Hasta
que el aire deje de respirar.
De la guerra y otras derrotas (A Nelson, in memoriam)
La bala que me hiera, será bala con alma
Salomón de la Selva
Quisiste
ir a la guerra,
Porque desde que naciste
Los
relojes explotaban
Y el
tiempo era un puñado de cosas perdidas.
En
cambio, lo recuerdo, a pesar de todo
Amaste
Y te
ofreciste como bala segura al enemigo.
Pero en
el amor y la guerra todas las historias son tristes
Como
muros que caen marchitos.
Yo
recuerdo aquel día
Cuando te
quebraste en mil pedazos
Por unos
labios perdidos
Y fue
difícil armarte,
ni
siquiera la verdadera guerra te había herido tanto.
Pero
amaste de nuevo
Dispuesto
a morir cien veces
Olvidando
que la muerte solo es una.
Y cuando
te hirieron de nuevo
Recordaste
el tiempo;
Puñado de
cosas perdidas
Eco de
voces calladas,
Y sin
pensarlo
Dos o
tres veces
Pusiste
tu alma en esa fría bala
Y ahora
amigo
Es
imposible armarte.
ODA
AL VINO (otra de tantas)
“Nada
mejor para cantar la vida y aun para dar sonrisas a la muerte”
R. D.
Este abismo es claro y oportuno
La caída es hermosa a esta hora
La lluvia cae
Roja, casi sangre, divina
En mi vida pasada fui una fruta
Y la mano de Baco me deshizo.
Mi copa no es tan grande como mi sed
Si tu sangre fuera vino
Vino bendito
Te desangraría
Si el mar fuera rojo
R. D.
Este abismo es claro y oportuno
La caída es hermosa a esta hora
La lluvia cae
Roja, casi sangre, divina
En mi vida pasada fui una fruta
Y la mano de Baco me deshizo.
Mi copa no es tan grande como mi sed
Si tu sangre fuera vino
Vino bendito
Te desangraría
Si el mar fuera rojo
Como
en aquellos días
Ya sé cuál sería mi muerte.
Ahogarme en él.
Ya sé cuál sería mi muerte.
Ahogarme en él.
Los
muros son canciones que después de cantadas se derrumban
Tuve una visión que se hacía agua en mis manos
una palabra que rondaba como ladrón presto;
Miré mi lengua
y era una cripta donde resucitaban las palabras.
Y vi los velos quebrantarse
como la niña que carga con un cuarto menguante en
sus manos
y la lluvia que lloraba de frío
y el agua con seco enojo por estar estancada en una llave.
El clamor de los desiertos me llegaba con resonancia de
langostas
Entonces supe que la noche era un espacio donde podía
maniobrar mi locura
la noche de mi noche,
noches que anochecieron y se quedaron fuera de casa y
desnudas.
Y vi una hoja caer
la hoja de un árbol que no ha nacido y ha sido victima
de los reclamos insolentes del viento
pero esa hoja caía y sepultaba mi bosque de fantasías
entonces dije:
hay que recoger los fuegos en un solo fuego
y repartirlo equitativamente como pan de daca día
hay que sacar las trompetas
y soplar hasta hacer nacer un hermoso jardín de remolinos
violentos
Luego los muros cayeron
como cae el sol bajo el peso del día
y el muro que estaba frente a mi
Había caído de cansancio.
Consejo
de un hombre herido a la paz.
Cuando
naciste y nos dejaste ciegos
Dudamos
que el tiempo te guardara
En
sus paredes infinitas
-El mundo es sucio.
Decía
mi padre.
Y
recordé las blancas palomas
Que
mueren con el alma negra.
Es
por eso que no confiamos
Que
te quedes entre nosotros
Animales
de dientes blancamente afilados.
No
es que somos pesimistas
Ni
que amemos estrujar las rosas
Ni
clavarnos sus espinas.
Paz
Es
mejor que mueras antes del día triste
Para
que no te quedes con la conciencia negra.
Y
así cuando te vayas
no
veas ensangrentadas tus alas blancas
ni
veas hecha jirones tu bandera.
Muerte de
un hombre cualquiera
Hoy maté
a un hombre
Fue
sencillo
Y miré
una catarata de aullidos
Correr
por su garganta
Ahogar
sus pupilas en el mar de la desesperación.
No lo
soporté,
Porque no
me gustó como trataba con su sombra
Como
digería miradas, avorazado.
Si
estuviera vivo (el muerto ese)
Lo
escucharía aullar de nuevo
Por que
no soporto
Como
construye en los demás su recuerdo
Como les
cuenta sobre el árbol que le he cortado.
Hoy maté
a un hombre
Fue
sencillo
Tanto que
si todos fueran como él
Yo sería
el único que leería esto.
Hay que apagar la luz (A carlitos Alcerro)
Y vos que aborrecías tanto la tierra
hoy estas vestido de
ella.
Has caído
Y los peldaños permanecen intactos.
La soledad se prendió a tus labios
Y toda sombra cayó en tus manos
Sin poder esconderte en ella
Cuando tanto te quemaba
El sol de la existencia.
Tendido como el crucificado
Y todos los clavos al pecho
-Hay que apagar la luz- Decías
Y de pronto se hizo la oscuridad.
Entonces ya sin voz
Para quebrar los gritos
Te apagaste en la última noche
Que te tendió la mano.
3 comentarios:
La poesía es ante todo ritmo, querido Lud. Dales ritmo a tus poemas.
Le pongo salsa, cumbia, un ritmo electronico a lo mejor?
;)
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